Santa Teresita del Niño Jesus

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En el Carmelo. Un camino de soledad
(1888 - 1897)

Se siente feliz al estar para siempre en el Carmelo, «prisionera» con Èl… y con 24 hermanas. La vida comunitaria, el frío la oración a menudo en sequedad, la soledad afectiva (aunque esté con sus dos hermanas mayores). Todo lo soporta con ilusión. Su más grande sufrimiento será la enfermedad de su amado padre, internado en El Buen Salvador de Caen, hospital para enfermos mentales. Nuevo drama familiar para Teresa que profundiza en la oración con «el Siervo doliente» de Isaías, 53, en la Pasión de Jesús. Pero el clima espiritual de su Carmelo, marcado por el temor a un Dios a quien se ve sobre todo como un Dios justo, le pesa. Aspira al amor cuando lee la «Llama de amor viva» de S. Juan de la Cruz. En 1891 — tiene 18 años – un sacerdote la lanza «sobre las olas de la confianza y del amor» sobre las cuales no se atrevía a avanzar, retenida en este camino audaz, incluso por su hermana Paulina, la Madre Inés de Jesús que será elegida priora el 1893.

Su padre, que había regresado con su familia desde el Buen Salvador de Caen, muere en 1894 : Celina, que le había cuidado, entra en el Carmelo.

En esta época es cuando la joven hermana Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz (tal es su verdadero nombre, resumen de su vocación) descubre, después de años de búsqueda, el camino que va a transformar su vida. Teresa recibe la gracia de profundizar en la Paternidad de Dios que nos es otra cosa que Misericordia y Amor (expresadas en su Hijo Jesús, hecho hombre). La vida cristiana no es otra cosa que la vida de un hijo del Padre – hijo en el Hijo – inaugurada en el bautismo y vivida en una confianza absoluta. «Si no volvéis a ser como niños no entraréis en el reino de los cielos» (Mt 18, 3). Por suerte, M. Inés de Jesús le ordena escribir sus recuerdos de infancia. Teresa obedece y escribe 86 páginas en un cuadernito.

En su tiempo, algunas almas escogidas se ofrecían como víctimas a la Justicia divina. La «débil e imperfecta Teresa» se ofrece al Amor Misericordioso el día 9 de junio, en la misa de la Santísima Trinidad.

Este don total «la renueva», quema todo pecado en ella. En septiembre de 1896, Teresa experimenta que su hermosa vocación («carmelita, esposa y madre») no le basta. En sus oraciones siente grandes deseos de ser sacerdote, diácono, profeta, doctor, misionero, mártir… Pero pronto encuentra su vocación al leer un pasaje de S. Pablo sobre la caridad (I Cor, 13). Todo queda claro para ella y puede escribir «¡ Oh, Jesús, amor mío, he encontrado al fin mi vocación ! ¡Mi vocación es el Amor!… Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia y ese puesto, Dios mío, eres Tú quien me lo ha dado. En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor. Así lo seré todo ¡¡¡ Así mi sueño se verá realizado !!! (Manuscrito B, 3 v). Cada vez más atormentada por la inquietud de que los pecadores no conozcan este amor misericordioso de Dios, en Pascua de 1896, entra en una noche oscura en la que su fe y su esperanza combaten. Mientras tanto, una tuberculosis mina su salud y la debilita. Teresa emplea sus últimas fuerzas en enseñar «su camino de infancia espiritual» a las cinco novicias que tiene a su cargo y a sus hermanos espirituales, sacerdotes y misioneros en África y China.

Viviendo esta compasión en unión con Cristo en Getsemaní y en su Cruz, agotada por las expectoraciones de sangre proveniente de los pulmones, guarda su sonrisa y su exquisita caridad para animar la moral de sus hermanas, consternadas al verla morir llena de atroces sufrimientos. Por obediencia continúa, hasta el agotamiento, la redacción de sus recuerdos en los cuales, con una verdad transparente, «canta las misericordias del Señor» en su corta vida. Pidiendo «hacer el bien en la tierra después de su muerte, hasta el fin del mundo», profetizando humildemente que su misión póstuma sería enseñar su caminito a las almas y «pasar su cielo haciendo el bien en la tierra», muere el 30 de septiembre 1897.

Sor Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, fue beatificada por el Papa Pío XI, el 29 de abril 1923 posteriormente, se trasladaron sus restos mortales del cementerio de Lisieux al Carmelo. Y su Canonización solemne el 17 de mayo 1925, en Roma.  Fue nombrada Patrona de las misiones en diciembre de 1927, por Pío XI junto a San Francisco Javier y Doctora de la iglesia por Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud de 1997

Su fiesta es celebrada el 01 de Octubre, tras la fiesta de San Jerónimo también doctor de la iglesia

Un año después de su muerte se publica un libro a partir de sus escritos : Historia de una Alma, que va a conquistar al mundo y dará a conocer a esta joven religiosa que había amado a Jesús» hasta morir de amor». Una vida escondida iba a iluminar el mundo. Y esto dura ya más de cien años…