La Chinita llegó a Maracaibo sobre las olas del lago. En el año 1709, una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del lago, cuando vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en su casa.
El 18 de noviembre de ese año, la mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó asombrada al notar que la tablita brillaba y que aparecía en ella, la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Tras la conmoción gritó ¡Milagro! ¡Milagro!
Cuenta la historia, que la Virgen era llevada en los hombros del pueblo hacia la catedral de Maracaibo, pero la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo, uno de los presentes exclamó: “Tal vez la Virgen no quiera ir a la catedral y prefiera la iglesia de San Juan de Dios”.
Entonces la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la ciudad y la imagen recuperó su peso normal. Es por esto que, desde ese día la querida Chinita se quedó en su templo, hoy consagrado como basílica, al pueblo zuliano.
La virgen de Chiquinquirá no solo es la Patrona del estado Zulia, sino que es la patrona de Colombia y se la denomina así por el municipio de Chiquinquirá, donde tuvo lugar la primera de sus manifestaciones milagrosas, y donde reposa el lienzo considerado como original.